El mandamás del banquillo vinotinto reveló que, para él, lo peor de la selección en estas eliminatorias fueron los últimos minutos contra Chile y que lo más difícil está por venir CARACAS.- Antes de ir a Madrid para guiar el módulo de trabajo con 24 jugadores de la Vinotinto en la fecha FIFA de febrero, César Farías hizo una pausa para conversar sobre lo que le viene a Venezuela en el Premundial.
–¿Cuál es el mensaje que le da usted en este momento a los fanáticos y a sus jugadores?
–Que debemos poner nuestro esfuerzo por dejar todo atrás, comenzar con la ilusión de enfrentar el desafío más grande de nuestra historia futbolística, la etapa definitoria que nos puede llevar al Mundial. Lo primero es no tener rencor. Evitar la soberbia y analizar todos los aspectos para llegar lo mejor posible ante la dificultad de enfrentar a Argentina y Colombia. Antes era para crear una hazaña, y hoy ya no se trata de eso, sino de consolidar un trabajo.
–¿Por qué exigió respeto a Conmebol en la pasada Copa América?
–Nos desviaron el autobús para que Brasil entrara primero y eso nos retrasó 15 minutos. Llegamos a un camerino sin calefacción y ellos sí tenían calefacción. El arbitraje del mexicano ante Paraguay no fue bueno, nos sentimos perjudicados, estoy hablando de la semifinal. Los grupos los hacen siempre considerando que Venezuela es el comodín. ¿Por qué no se ha cambiado el calendario de las eliminatorias? Eso es una aberración, se debería cambiar, ir a un sorteo.
–¿Y quién pone ese tema sobre la mesa?
–Los dirigentes de la Conmebol y los presidentes de las federaciones. Por supuesto, hay pactos políticos y circunstancias que siguen favoreciendo que eso se mantenga, pero no puede decirse que es democrático porque un bloque le gana 6 a 4 a otro. Más democrático sería ir todos a un bombo y si arranca Brasil ante Argentina, pues que así sea. No lo digo por como se elaboró teniendo en cuenta las dos vueltas de Venezuela, sino porque nosotros no jugamos la última fecha.
–Alguien tiene que descansar, solo hay nueve selecciones.
–Sí, tenía que haber alguien que no jugara la última fecha, pero se debió haber llevado a sorteo. Así ni es justo ni entra en mis principios de equilibrio. Tampoco nos podemos llenar de excusas, sabemos que tenemos que competir y triunfar dentro de lo que se aprobó.
–¿Le sirve a Venezuela jugar bajo el actual formato o en una eliminatoria de dos grupos?
–El todos contra todos ha beneficiado al crecimiento en general del fútbol venezolano. Le ha hecho bien a los jugadores.
–Aquel gol que consiguió Arango ante Perú, luego de repetir un tiro libre, ¿no refleja un avance de Venezuela en el concierto político del fútbol?
–Puede ser, lo que pasa es que ahí la barrera se adelantó vehementemente y fue algo muy visible. Yo tampoco me siento perseguido por el arbitraje de la eliminatoria. De repente ante Paraguay no se pitó un penalti a favor de Venezuela, que era muy claro, el de Josef Martínez, pero, por ejemplo, en Ecuador sí se pitan los penaltis. Ellos han sabido fabricar los penaltis, se los han pitado y los han convertido, y por eso también están donde están.
–¿Cuál ha sido, para usted, el mejor partido de Venezuela en este Premundial?
–Contra Argentina y Paraguay, fueron dos puntos muy altos, en distintos aspectos. Ante Argentina se hizo un partido inteligente porque pudimos controlar a un buen rival y después ir a buscar el partido al momento que había que hacerlo. Contra Paraguay pudimos invadir la cancha contraria y atacar sus debilidades con las virtudes de un colectivo de jugadores livianos y de buen pie. Pudimos sacarle provecho, y de buena manera. Después hicimos buenos partidos, tácticamente, contra Colombia y Uruguay. Igual contra Bolivia, y no por el resultado, sino por la conducta de orden, de solidaridad, y de aprender a jugar sin la pelota.
–¿Y el peor partido?
–El peor partido… Bueno, no todo el partido, pero sí los minutos finales contra Chile.
–¿Qué pasó ahí?
–Se juntaron muchas cosas. Lo primero fue el tiempo que tenían nuestros jugadores sin venir a Venezuela, las largas temporadas que arrastraban. La poca libertad que tienen al venir acá, porque quizá sentían la necesidad de visitar a sus familias y no podían, dificultades de ese tipo.
–¿Me va a decir que eso aparece en la cancha al minuto 75?
–Los aspectos sociales influyen mucho en los planteamientos tácticos en el fútbol.
–¿Cómo juega Venezuela ahora, según usted?
–Ha intentado ser un equipo que se adapta con facilidad al tipo de competencia, rival y circunstancia que enfrenta. Venezuela no puede ir a todas las canchas a hacer lo mismo. Un partido de fútbol tiene distintas etapas, hay minutos en los que puedes acorralar a un rival, pero hay otros en los que te tienes que saber defender.
–Pero hay formas de ser y hay estilos de juego.
–Eso primero te lo da el nivel de los jugadores. No es que yo juego de una manera y punto. Mentira, porque si yo te doy diez jugadores que no se adaptan a esa característica, entonces tú no puedes dirigir. Estamos hablando de estar preparados para las variantes. Venezuela no puede ser un equipo predecible. Fuimos a Paraguay y ganamos porque no fuimos predecibles, y pudimos empatar en Colombia porque no todo el partido lo jugamos igual. A Bolivia se le ganó con más inteligencia que corazón. A Argentina se le ganó con un planteamiento táctico distinto al resto, porque supimos irles cerrando los espacios y quitarles la pelota, peleando mucho en el medio y sin sacar fouls al borde del área.
–Ahora toca enfrentar otra vez a Argentina y Colombia, ¿cuál le parece más peligroso?
–(Sonríe) Los cuatro partidos que vienen.
–¿Cuál es el mensaje que le da usted en este momento a los fanáticos y a sus jugadores?
–Que debemos poner nuestro esfuerzo por dejar todo atrás, comenzar con la ilusión de enfrentar el desafío más grande de nuestra historia futbolística, la etapa definitoria que nos puede llevar al Mundial. Lo primero es no tener rencor. Evitar la soberbia y analizar todos los aspectos para llegar lo mejor posible ante la dificultad de enfrentar a Argentina y Colombia. Antes era para crear una hazaña, y hoy ya no se trata de eso, sino de consolidar un trabajo.
–¿Por qué exigió respeto a Conmebol en la pasada Copa América?
–Nos desviaron el autobús para que Brasil entrara primero y eso nos retrasó 15 minutos. Llegamos a un camerino sin calefacción y ellos sí tenían calefacción. El arbitraje del mexicano ante Paraguay no fue bueno, nos sentimos perjudicados, estoy hablando de la semifinal. Los grupos los hacen siempre considerando que Venezuela es el comodín. ¿Por qué no se ha cambiado el calendario de las eliminatorias? Eso es una aberración, se debería cambiar, ir a un sorteo.
–¿Y quién pone ese tema sobre la mesa?
–Los dirigentes de la Conmebol y los presidentes de las federaciones. Por supuesto, hay pactos políticos y circunstancias que siguen favoreciendo que eso se mantenga, pero no puede decirse que es democrático porque un bloque le gana 6 a 4 a otro. Más democrático sería ir todos a un bombo y si arranca Brasil ante Argentina, pues que así sea. No lo digo por como se elaboró teniendo en cuenta las dos vueltas de Venezuela, sino porque nosotros no jugamos la última fecha.
–Alguien tiene que descansar, solo hay nueve selecciones.
–Sí, tenía que haber alguien que no jugara la última fecha, pero se debió haber llevado a sorteo. Así ni es justo ni entra en mis principios de equilibrio. Tampoco nos podemos llenar de excusas, sabemos que tenemos que competir y triunfar dentro de lo que se aprobó.
–¿Le sirve a Venezuela jugar bajo el actual formato o en una eliminatoria de dos grupos?
–El todos contra todos ha beneficiado al crecimiento en general del fútbol venezolano. Le ha hecho bien a los jugadores.
–Aquel gol que consiguió Arango ante Perú, luego de repetir un tiro libre, ¿no refleja un avance de Venezuela en el concierto político del fútbol?
–Puede ser, lo que pasa es que ahí la barrera se adelantó vehementemente y fue algo muy visible. Yo tampoco me siento perseguido por el arbitraje de la eliminatoria. De repente ante Paraguay no se pitó un penalti a favor de Venezuela, que era muy claro, el de Josef Martínez, pero, por ejemplo, en Ecuador sí se pitan los penaltis. Ellos han sabido fabricar los penaltis, se los han pitado y los han convertido, y por eso también están donde están.
–¿Cuál ha sido, para usted, el mejor partido de Venezuela en este Premundial?
–Contra Argentina y Paraguay, fueron dos puntos muy altos, en distintos aspectos. Ante Argentina se hizo un partido inteligente porque pudimos controlar a un buen rival y después ir a buscar el partido al momento que había que hacerlo. Contra Paraguay pudimos invadir la cancha contraria y atacar sus debilidades con las virtudes de un colectivo de jugadores livianos y de buen pie. Pudimos sacarle provecho, y de buena manera. Después hicimos buenos partidos, tácticamente, contra Colombia y Uruguay. Igual contra Bolivia, y no por el resultado, sino por la conducta de orden, de solidaridad, y de aprender a jugar sin la pelota.
–¿Y el peor partido?
–El peor partido… Bueno, no todo el partido, pero sí los minutos finales contra Chile.
–¿Qué pasó ahí?
–Se juntaron muchas cosas. Lo primero fue el tiempo que tenían nuestros jugadores sin venir a Venezuela, las largas temporadas que arrastraban. La poca libertad que tienen al venir acá, porque quizá sentían la necesidad de visitar a sus familias y no podían, dificultades de ese tipo.
–¿Me va a decir que eso aparece en la cancha al minuto 75?
–Los aspectos sociales influyen mucho en los planteamientos tácticos en el fútbol.
–¿Cómo juega Venezuela ahora, según usted?
–Ha intentado ser un equipo que se adapta con facilidad al tipo de competencia, rival y circunstancia que enfrenta. Venezuela no puede ir a todas las canchas a hacer lo mismo. Un partido de fútbol tiene distintas etapas, hay minutos en los que puedes acorralar a un rival, pero hay otros en los que te tienes que saber defender.
–Pero hay formas de ser y hay estilos de juego.
–Eso primero te lo da el nivel de los jugadores. No es que yo juego de una manera y punto. Mentira, porque si yo te doy diez jugadores que no se adaptan a esa característica, entonces tú no puedes dirigir. Estamos hablando de estar preparados para las variantes. Venezuela no puede ser un equipo predecible. Fuimos a Paraguay y ganamos porque no fuimos predecibles, y pudimos empatar en Colombia porque no todo el partido lo jugamos igual. A Bolivia se le ganó con más inteligencia que corazón. A Argentina se le ganó con un planteamiento táctico distinto al resto, porque supimos irles cerrando los espacios y quitarles la pelota, peleando mucho en el medio y sin sacar fouls al borde del área.
–Ahora toca enfrentar otra vez a Argentina y Colombia, ¿cuál le parece más peligroso?
–(Sonríe) Los cuatro partidos que vienen.