El estelar cerrador de los Yanquis salvó ayer su primer juego de la temporada 2013
CARACAS.- El cerrador por excelencia de los Yanquis de Nueva York, Mariano Rivera, se estrenó ayer con salvado en la victoria de su equipo sobre los Medias Rojas de Boston, cuatro carreras por dos.
De hecho, el juego de anoche se convirtió en el número 69 que Rivera salva para Andy Pettitte (abridor del encuentro frente a los patirojos). "Yo siempre quiero salvar los juegos. No sólo para él, sino para todos. De todas maneras, resulta especial cuando Andy va a la lomita, hace lo que él sabe hacer y me permite salvarle el juego", le dijo el cerrador a Ian Browne de MLB.com.
Fue un buen regreso para el lanzador panameño que estuvo sin ninguna opción, alejado de los terrenos de juego de las Grandes Ligas desde mayo de la temporada pasada, luego de que se lesionara su rodilla derecha en un entrenamiento de su equipo antes del juego frente a los Reales de Kansas City. "Hay muchas emociones, pero al mismo tiempo, uno tiene que controlar eso", agregó Rivera. "Uno tiene que estar en la capacidad de hacer su trabajo, porque de todas maneras, hay que venir a terminar lo que los demás empezaron", dijo para el mismo portal.
Rivera, no obstante, no pudo ocultar su emoción. "Fue espectacular después de esperar casi un año por volver al montículo y hacer mi trabajo. Es especial para mí estar de vuelta en casa", sentenció el líder en salvamentos de toda la historia de las Grandes Ligas.
De hecho, el juego de anoche se convirtió en el número 69 que Rivera salva para Andy Pettitte (abridor del encuentro frente a los patirojos). "Yo siempre quiero salvar los juegos. No sólo para él, sino para todos. De todas maneras, resulta especial cuando Andy va a la lomita, hace lo que él sabe hacer y me permite salvarle el juego", le dijo el cerrador a Ian Browne de MLB.com.
Fue un buen regreso para el lanzador panameño que estuvo sin ninguna opción, alejado de los terrenos de juego de las Grandes Ligas desde mayo de la temporada pasada, luego de que se lesionara su rodilla derecha en un entrenamiento de su equipo antes del juego frente a los Reales de Kansas City. "Hay muchas emociones, pero al mismo tiempo, uno tiene que controlar eso", agregó Rivera. "Uno tiene que estar en la capacidad de hacer su trabajo, porque de todas maneras, hay que venir a terminar lo que los demás empezaron", dijo para el mismo portal.
Rivera, no obstante, no pudo ocultar su emoción. "Fue espectacular después de esperar casi un año por volver al montículo y hacer mi trabajo. Es especial para mí estar de vuelta en casa", sentenció el líder en salvamentos de toda la historia de las Grandes Ligas.